Ripios Malabres

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sábado, agosto 18

en defensa propia





EN DEFENSA PROPIA

En defensa propia digo, estaba sentado cuando un torrente de agua me arrastró por el suelo
En un café, en una silla, en una nube
Estaba tomando algo, leyendo algo, soñando algo… y de repente, el agua llegó
Sin saber de donde venia y hacia donde iba, me arrastro, me elevó y luego me volvió, a arrastrar por el suelo…
Por un  momento, me sentí parte de esa agua, por un momento me solté y floté, me dejé llevar por la corriente.
 Así, con los ojos cerrados, regresé a la silla, del café de la nube donde estaba…
Golpeado, raspado, sucio, mojado, ensangrentado…
Me levanté, la gente en el café, me veía raro, porque iba a andar mojado, sin lluvia siquiera…
Pero allí estaba, caminé con nerviosismo entre la multitud y salí del lugar…
Nadie lo cree claro, no es normal en el mundo de nadie, que una ola, aparezca de la nada y nos arrastre, y nos haga vibrar y vivir y mojarnos y nos deje húmedos, y raspados… eso suena a cuento de terror… pero no tenía más terror, que el de verme seco, sabiendo que me deje llevar… sabiendo que me sentí un pez, siendo que era un sueño, escuché el canto de las sirenas y nadé… no culpé nunca a esa ola, por darme esos instantes de vida, sin embargo resulta que soy un non-grato oceánico, alguna sirena se quejó de que no opuse resistencia…y sin terror no hay negocio…
No espero que me crean, pero en defensa propia, digo que un loco ve lo que ve.